jueves, 20 de febrero de 2014

EL MOZO SIEMPRE MIRA PARA ALLÁ...

Se me preguntará dónde es allá... No lo sé, lo que sí sé, es que es para el lado opuesto a nuestra mesa (o a mi, ya creo que es personal). Cuando queremos pedir hielo, limón o simplemente la cuenta, EL MOZO NUNCA ESTÁ, o lo que es peor pareciera que adrede esquivara nuestra mirada desesperada. Yo creo que debe sentir como si fuera un rayo imaginario que se desprende de nuestras retinas y le llega a su nuca nuestras maldiciones. "Miráme forro!" imaginamos decirle y el debe decir algo cómo "Mirá cómo NO te miro cornudo". "dale que me quiero irrr!!!!!" expresan nuestros ojos, mientras cogoteamos por encima del resto de los comensales. Hasta que en algún momento parece que sí nos mirara y hacemos entonces el clásico gesto del garabato en el aire, pidiéndole la cuenta... Pero NO, su mirada esta en algún lugar que nos pasa por el costado, cerca, y también lo suficientemente lejos para eludirnos, pero tampoco cerca de nadie, prestándose a la confusión anterior. Me iría sin pagar... lo juro, pero nunca me animé a hacer un PAGADIÓ. No sé si por honestidad o timidez. La cuestión que pasan los minutos y mi hija lo resuelve yendo espontáneamente a buscarlo y tocándole con su dedito la espalda le dice: "Nos queremos ir...". "Ya voy mi amor" le dice cariñoso. Así de simple.

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