jueves, 27 de febrero de 2014

GPS - ZONA PELIGROSA

"TE ESTÁS ACERCANDO A UNA ZONA PELIGROSA..." Advierte mi amable GPS

"¿Qué significa eso papá?", me  pregunta mi hija, y yo no encuentro comentario -ni quiero- para responderle que no resulte fascista. "Porque puede haber accidentes!!", me apuro en contestar... 
La tecnología está a la altura de las demandas "de la gente", o del usuario que puede comprar este aparatito tan copado que nos guía y nos protege. Por suerte hay un satélite que observa, desde arriba, las "casas feítas" y traza un radio imaginario a cuyo alrededor supone peligro a ser asesinado, robado, violado, o tan solo a que nos limpien los vidrios sin pedir permiso. Todo engloba la palabra PELIGROSO, lo mismo da.
¿Qué se supone que debo hacer al escuchar este alerta?, ¿mirar para los costados y acelerar evitando semáforos? aunque también me alerta que REDUZCA LA VELOCIDAD, LOMADA AL FRENTE... Ah!, ya sé, puedo llamar al 911 en forma preventiva... Pero no, porque el cartel en la vía pública decía "si sabés algo, llamá al 911" y yo llamé la otra vez diciendo: "Yo sé que Bruno Díaz es Batman!".
Por lo pronto, creo que lo que yo compré no es un GPS, es un GP "SS"



jueves, 20 de febrero de 2014

TRAPITO CON INFLACION

El trapito de siempre aumentó su tarifa... "Es por el dolar!", se justificó, mientras se encogía de hombros y me miraba como si fuera una obviedad. Ante mi actitud de sorpresa, agregó: "así no se puede vivir..!". Tomó mi espontánea contribución -ya sin mirarme- para atender a otro cliente que estaba llegando. Mientras con una mano guardaba el dinero en su bolsillo, con la otra mano flameaba su franelita (hecha en argentina) vi que en su espalda la remera decía: "Va a estar bueno Bs As."
Y, si él lo dice...

EL MOZO SIEMPRE MIRA PARA ALLÁ...

Se me preguntará dónde es allá... No lo sé, lo que sí sé, es que es para el lado opuesto a nuestra mesa (o a mi, ya creo que es personal). Cuando queremos pedir hielo, limón o simplemente la cuenta, EL MOZO NUNCA ESTÁ, o lo que es peor pareciera que adrede esquivara nuestra mirada desesperada. Yo creo que debe sentir como si fuera un rayo imaginario que se desprende de nuestras retinas y le llega a su nuca nuestras maldiciones. "Miráme forro!" imaginamos decirle y el debe decir algo cómo "Mirá cómo NO te miro cornudo". "dale que me quiero irrr!!!!!" expresan nuestros ojos, mientras cogoteamos por encima del resto de los comensales. Hasta que en algún momento parece que sí nos mirara y hacemos entonces el clásico gesto del garabato en el aire, pidiéndole la cuenta... Pero NO, su mirada esta en algún lugar que nos pasa por el costado, cerca, y también lo suficientemente lejos para eludirnos, pero tampoco cerca de nadie, prestándose a la confusión anterior. Me iría sin pagar... lo juro, pero nunca me animé a hacer un PAGADIÓ. No sé si por honestidad o timidez. La cuestión que pasan los minutos y mi hija lo resuelve yendo espontáneamente a buscarlo y tocándole con su dedito la espalda le dice: "Nos queremos ir...". "Ya voy mi amor" le dice cariñoso. Así de simple.