martes, 26 de noviembre de 2013
LA VERDAD DE LA MILANESA
Harto de comer milanesas compradas MAL REBOSADAS, con el pan rallado despegado de la carne!!!, decidí hacer justicia por mano propia. Luego de mandar espías para ver si le ponían huevos al preparado, comprobé que no solo NO le ponían huevos (de ave) sino HUEVOS (ganas) Me dirigí hasta el carnicero del Chino e increpé al irresponsable de manera violenta. Ante la sorpresa de todos, aflojé mis dedos de su cuello y lo obligué a que me preparara las mismas de manera decente;arrebaté sin pagar los huevos de la góndola y se los sumé a su triste preparado; luego le tomé las manos y las usé para golpear el pan rallado a la carne, para asegurar su adherencia. La gente del lugar se sumó a mi cruzada al grito de: "así se hace carajo!!!", hasta que me alertaron que las manos del carnicero se le estaban poniendo violetas... lo solté finalmente. En fin, luego, en casa, tuvimos un rico almuerzo, decente y en paz...
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