martes, 26 de noviembre de 2013
LA VERDAD DE LA MILANESA
Harto de comer milanesas compradas MAL REBOSADAS, con el pan rallado despegado de la carne!!!, decidí hacer justicia por mano propia. Luego de mandar espías para ver si le ponían huevos al preparado, comprobé que no solo NO le ponían huevos (de ave) sino HUEVOS (ganas) Me dirigí hasta el carnicero del Chino e increpé al irresponsable de manera violenta. Ante la sorpresa de todos, aflojé mis dedos de su cuello y lo obligué a que me preparara las mismas de manera decente;arrebaté sin pagar los huevos de la góndola y se los sumé a su triste preparado; luego le tomé las manos y las usé para golpear el pan rallado a la carne, para asegurar su adherencia. La gente del lugar se sumó a mi cruzada al grito de: "así se hace carajo!!!", hasta que me alertaron que las manos del carnicero se le estaban poniendo violetas... lo solté finalmente. En fin, luego, en casa, tuvimos un rico almuerzo, decente y en paz...
domingo, 10 de noviembre de 2013
LOS ESPERANTES
Estoy esperando en un bar a que finalice un cumpleaños de la amiguita de mi hija. ¿Cómo deben comportarse los papas anfitriones con los papas de los compañeritos de sus hijos?
Fue así: llegamos con Lucía, junto con otra nena y su mamá (compartiendo el ascensor), y como las nenas ni se miraron supuse que eran familiares de la cumpleañera; lo cual fue confirmado luego, ya que cuando abrieron la puerta se abrazaron con euforia. Mi nena, me suelta de la mano y rápidamente se integra a una ronda de juegos. Yo quedo parado con su camperita en la mano y como un idiota esperando que la anfitriona suelte a su pariente y se digne a mirarme o a dirigirme la palabra. Saco una instantánea visual del entorno y veo mesas vacías, una par de tristes triples secos y ni una miserable botella. Pasan unos segundos eternos, donde me doy cuenta de que me tengo que ir..., de que YO no estoy invitado ni debo esperar a que se me invite, o de lástima se me indique con el dedo un lugarcito allá a lo lejos, aunque sea por cumplido. Pero NO, me voy silbando bajito... con la camperita en la mano.
¿Alguien considera que hay padres, como yo, que no sabemos si queremos irnos? La nena es chica y me gustaría estar ahí por si llegara a necesitarme. Por dos horas no me conviene volver a casa... Pero no soy INVITADO
Debería existir una categoría que nos defina, algo así como "los esperantes"; y sentarnos a esperar y a mirar, en una mesa en el patio, donde las meseras no vayan y las atenciones sean mínimas. Sólo nos conformaríamos con apoyar nuestro culo en la puntita de un puf descocido, allá en un rincón, detrás de un potus... y cada tanto que algún tío copado se apiade y nos ofrezca un jugo tibio en un vaso de plástico ... hasta que sean las cinco y media... hora de irnos.
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